/ Rodrigo Velasco Santelices en El Mercurio: Piratería: El riesgo de seguir en la “lista negra”
21 de Marzo, 2011El Mercurio, lunes 21 de marzo de 2011.
Si bien en materia de propiedad intelectual se han realizado avances, Chile corre el riesgo de mantenerse por cuarto año consecutivo en la “lista negra” de la Oficina de Comercio Exterior de Estados Unidos, como uno de los países que no logra avanzar en la lucha contra la piratería de software , con una tasa de producciones ilegales del 64%.
A nivel de usuarios, según han manifestado en la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de la Información (ACTI), las ventas de proveedores norteamericanos a países con altas tasas de piratería se ven limitadas, con el consiguiente alza de precios de los productos en esos mercados.
Además de contar con una legislación ajustada a las obligaciones legales internacionales, Chile ha avanzado con mejoras sustantivas al Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) y el establecimiento de sistemas en Aduanas para impedir falsificaciones. Pero todo esto parece no ser suficiente para cambiar la percepción de las autoridades estadounidenses.
En la Cámara Chileno Norteamericana de Comercio (AmCham), sin embargo, ponen énfasis en otro problema: el de la venta de medicamentos genéricos producidos por laboratorios chilenos, y que, a juicio de laboratorios estadounidenses y europeos que participan en el país, venden copias de productos, violando patentes. Cifran en cerca de US$ 20 millones anuales las pérdidas estimadas por este concepto, en opinión de los laboratorios extranjeros.
Según la AmCham, gran parte de los laboratorios de genéricos se sienten “autorizados a comercializar sus productos con los certificados sanitarios otorgados por el Instituto de Salud Pública, ISP, (…) Para los laboratorios norteamericanos esto significa una gran controversia monetaria”.
El abogado especialista en propiedad intelectual del estudio jurídico Alessandri & Cia., Rodrigo Velasco, agrega que el ISP ha dispuesto como plazo el 31 de enero de 2012 para que los fabricantes nacionales demuestren la “bioequivalencia” entre sus genéricos y los fármacos patentados extranjeros.
Esto quiere decir que deberán certificar que los medicamentos genéricos son idénticos a los originales en su composición y efectos sobre el ser humano.