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/ Escasez de vacunas contra Covid-19 instala debate mundial sobre liberación de patentes

23 de Abril, 2021

 

La falta de vacunas contra el Covid-19 en todo el orbe ha generado una ola de debates en torno a la producción y acceso a la preparación médica, que ha aunado a organizaciones relevantes del área de la salud y la política, así como también a diversos países. La propiedad intelectual y, más específicamente, una eventual suspensión de patentes de vacunas, se erige como uno de los tópicos que no han estado ajenos a dicha discusión.

Álvaro Ávila
Asociado
Alessandri Abogados

Como consecuencia de la carencia de dosis, han surgido medidas como la conocida iniciativa COVAX (Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19), lanzada en abril de 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y respaldada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo objetivo es colaborar con los productores de vacunas para que los países de todo el mundo cuenten con un acceso equitativo a las mismas. Con todo, tal como señaló Tedros Adhanom Ghebreyesus, director la OMS, las cantidades de vacunas aportadas por este programa a los distintos estados, si bien significan un avance, solo alcanzan a proteger de 2% a 3% de sus poblaciones.

Frente al escenario descrito, a comienzos de octubre de 2020, las autoridades de Sudáfrica e India pidieron a la Organización Mundial de Comercio (OMC) la liberación de las patentes de vacunas contra el Covid-19. A dicha solicitud, luego se sumaron cerca de cuatrocientas organizaciones internacionales más. El Dr. Tedros, en tanto, en marzo de 2021 instó a los países con capacidad para producir vacunas a “comenzar a renunciar a los derechos de propiedad intelectual”, según lo disponen las cláusulas especiales de emergencias de la OMC.

Tras estos requerimientos, la OMC ha llevado a cabo distintas sesiones de diálogo con sus estados miembros para discutir sobre una eventual suspensión temporal de las patentes de vacunas. En febrero de 2021, algunos países ya se manifestaron contra la propuesta de Sudáfrica e India, lo que se ha ido reiterando con el transcurrir de las semanas y ha traído como consecuencia el estancamiento de la iniciativa.

A pesar de los esfuerzos de la OMC por conciliar los intereses de los distintos estados y los productores de vacunas a nivel mundial, el debate sobre la producción y acceso a las vacunas sigue en pie, incluso en lo que a propiedad intelectual se refiere.

¿Qué implicaría una suspensión de patentes?

En el entendido que una patente corresponde al derecho de su dueño de explotar una invención de manera exclusiva, una suspensión de patentes significaría que por un tiempo determinado la explotación de la invención no sería una facultad exclusiva de su titular.

Aplicado al caso de las vacunas contra el Covid-19, de producirse la suspensión mencionada se generaría que la producción de las distintas preparaciones médicas contra el virus no dependería exclusivamente del titular de la patente, sino que de todos los productores con capacidad para fabricarlas, sin necesidad de pagar algo por ello.

Si bien existen muchos actores que se han mostrado favorables a la liberación descrita, han surgido distintas voces que ven dicha posibilidad como una preocupación. La Comisión Europea ha expuesto que la suspensión de patentes de vacunas no resolvería el problema actual de acceso a ellas. En la misma línea, Farmaindustria, patronal de los laboratorios de España, indicó que “hay muy pocas plantas en el planeta capacitadas para fabricarlas”. Por ello, se ha esbozado que el problema de la escasez no residiría en la exclusividad de las patentes, sino más bien, en la carencia de medios de los mismos productores de vacunas para elaborarlas.

En Chile existen ejemplos recientes de titulares que solicitaron voluntariamente la liberación de sus patentes, según lo ha señalado el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi). En concreto, el laboratorio Abbvie, pidió la cancelación de sus patentes que amparaban los medicamentos Norvir (cuyo principio activo es ritonavir) y Kaletra (que tiene por principios activos ritonavir y lopinavir), los cuales, según señaló la misma OMS, demostraron ser efectivos contra el Covid-19. La solicitud, que fue acogida por Inapi, se traducirá en que los distintos laboratorios podrán producir sus propias versiones de los medicamentos mencionados, con el fin de ponerlos al alcance de un mayor porcentaje de la población.

Al margen de la incertidumbre sobre lo que ocurrirá en este frente y, puntualmente sobre las decisiones a adoptar por la OMC (con la cual Chile se encuentra en diálogo), Inapi, a priori, ve como algo positivo el hecho que el conocimiento experto sea divulgado y se dé la posibilidad de explotar una invención a entes distintos de su inventor. Clarificador es el caso de ventiladores mecánicos y otros insumos clínicos que, careciendo de patentabilidad, son innovaciones que pueden ser reproducidas libremente en Chile, con el fin de que más pacientes tengan acceso a ellas.