/ Rodrigo Velasco en Edición Aniversario 15 años de Capital
26 Agosto, 2011Mis 15 y 15 más
Artículo correspondiente al número 307 (26 de agosto al 8 de septiembre de 2011)
Cualquier edición aniversario que se precie de tal debe incluir alguna mirada en perspectiva a los hechos transcurridos durante la vigencia de la publicación. Así lo asumimos también en Capital, pero optamos por encomendar esa tarea a nuestros invitados de Misión Capital. En síntesis, presentamos sus respuestas a dos preguntas fundamentales:
¿Cuál es el suceso o cambio más importante, a su juicio, de los últimos 15 años?
¿Cuál es el cambio más importante que debe producirse en los próximos 15 años?
Rodrigo Velasco
Músico y abogado.
Socio de Alessandri & Compañía Abogados “La apertura política y económica y la irrupción de la tecnología causaron una verdadera revolución en las industrias culturales y creativas. Hoy tenemos nuevas generaciones de artistas, músicos, cineastas, productores y gestores culturales. Son hijos de la institucionalidad creada en los 90. Hijos de la Plataforma Audiovisual, del Fondart, de las leyes sectoriales de fomento y de los planteles que empezaron, en esa época, a ofrecer por primera vez carreras como Cine, o Gestión Cultural. Una generación conectada con el mundo, que dejó atrás e incorporó sin drama a su propio acervo el trauma creativo de la dictadura, que caracterizó a sus predecesores. Cambió el arte, cambiaron los autores y claro, cambió el público. Se habla de institucionalización, de formalización, democratización y tecnologización de la industria cultural chilena. Hoy estamos todos conectados y tenemos acceso a todas las manifestaciones culturales. De Chile, y del mundo”.
“Tanto en las industrias basadas en la creatividad, como en aquellas basadas en la innovación, el desafío es enorme. Si somos capaces de captar, educar y apoyar a quienes tienen talento creador o innovador –muy pocos–, debemos contar con una nueva industria que la sustente y desarrolle. Los fondos estatales para la creación y la innovación están muy bien, pero, ¿cuántos capitales privados están apostando hoy por intangibles chilenos? Chile debe creérsela si queremos ser un país innovador y educar a sus nuevas generaciones, para que comprendan y respeten la propiedad intelectual como herramienta de desarrollo de nuestros propios autores e investigadores, y de la industria chilena que los apoya y difunde en el mundo”.