Nueva Ley de Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas

Con el objetivo de incorporar a Chile en el Grupo OECD, se publicó en el Diario Oficial del 2 de diciembre de 2009, la ley N° 20.393 (la "Ley") que introduce la nueva responsabilidad penal de las personas jurídicas respecto de ciertos delitos que se indican a continuación.

I. Aspectos Generales.

La introducción de la responsabilidad penal de las personas jurídicas es una novedad en el ámbito jurídico Chileno, puesto que siguiendo el paso de países como EEUU y Alemania, se introduce una suerte de responsabilidad en abstracto para cualquier organización o persona jurídica. A diferencia de lo que ocurre en el ámbito general del derecho penal, aquí se responsabiliza a la empresa por actos de sus dependientes, ejecutivos principales, gerentes, directores y sus relacionados, controladores y dueños, adicional a la sanción directa al infractor.

II. Delitos contemplados.

La Ley contempla 3 tipos penales subyacentes que pueden generar esta responsabilidad: a) los contemplados en el artículo 27 de la ley 19.913, esto es, lavado de activos; b) los contemplados en el artículo 8 de la ley 18.314, esto es, financiamiento al terrorismo; y, c) los contemplados en los artículos 250 y 250 bis, cohecho de funcionarios públicos nacionales o extranjeros.

Cabe hacer presente respecto que respecto del último mencionado en el párrafo anterior se homologa su tratamiento a la regulación de los Estados Unidos de América conocida como la Foreign Corrupt Practices Act ("FCPA").

De acuerdo con el texto legal, estos delitos deben ser cometidos por los dueños, controladores, responsables, ejecutivos principales, representantes, y en general, las personas sometidas a la dirección o supervisión directa de tales personas, siempre que: i) no cometan los respectivos delitos en ventaja propia o de un tercero, es decir, la comisión del delito debe perseguir obtener una ventaja o ganancia para la persona jurídica, y ii) que la comisión del delito fuere consecuencia del incumplimiento, por parte de ésta, de los deberes de dirección y supervisión.

III. Penas.

a) Prohibición temporal o perpetua de celebrar actos y contratos con los organismos del Estado;
b) Pérdida parcial o total de beneficios fiscales o prohibición absoluta de recepción de los mismos por un período determinado;
c) Multa a beneficio fiscal, y;
d) La disolución de la persona jurídica (requiere la reincidencia).

Las sanciones resultan severas, especialmente teniendo en consideración la disolución de la organización, lo que en la práctica es la sentencia de muerte de la organización y en la práctica de la reputación de sus dueños y administradores; la impedimenta a realizar operaciones con el Estado y la pérdida de beneficios fiscales o la prohibición de su recepción, aún por un tiempo, puede producir respecto de ciertas organizaciones la pérdida de un mercado relevante y con ello obligar al término de las operaciones o a una dolorosa reconversión. Por otra parte, cabe mencionar la existencia de sanciones complementarias, pero que siguen siendo importantes desde una perspectiva financiera y reputacional, como son la publicidad de la sentencia; pérdida del producto del delito y otros bienes, así como en su caso de una cantidad equivalente a la inversión realizada

IV. Modelo de prevención de los delitos.

La sociedad, su directorio, gerentes y ejecutivos principales pueden evitar la sanción que impone esta ley, cumpliendo con su deber de dirección y supervisión. Lo que supone la implementación de un modelo de prevención de delitos que debiese contar con los siguientes elementos:

a) Encargado de Prevención.
b) Medios y facultades del encargado de prevención.
c) Sistema de prevención de los delitos que contemple obligaciones, prohibiciones y sanciones internas.
d) Supervisión y certificación del sistema de prevención de los delitos.

Si bien la implementación del modelo de prevención de delitos no es una obligación, la inexistencia del mismo puede exponer a una empresa a severas contingencias en caso de la comisión de uno de los delitos antes indicados, desde que la empresa no podrá probar el cumplimiento de sus funciones de dirección y supervisión.

En definitiva, la nueva ley exige que las empresas determinen su exposición a la misma mediante la revisión de sus operaciones, procesos, negocios, ambiente regulatorio en que operan y las partes con las que interactúan, para efectos de determinar el riesgo que puede importar no adoptar las medidas, procedimientos y manuales necesarios para crear un Modelo de Prevención de los Delitos conducente a establecer la exención de responsabilidad de las graves sanciones que la misma establece para la organización que administren, así como para dar cumplimiento a las responsabilidad como buenos administradores que recae en directores y gerentes.

Si requiere mayores detalles en este u otros temas, por favor no dude en contactarnos.

Hugo Caneo O.
Alessandri & Compañía Abogados
Marzo 2010

New Law on Criminal Liability of Juridical Persons

With the purpose of incorporating Chile into the OECD Group, on December 2, 2009 the Official Gazette published Law No. 20,393 (the "Law") introducing the criminal liability of juridical persons for certain crimes indicated below.

I. General Considerations.

The introduction of criminal liability of juridical persons is a new development in the Chilean legal system because it follows the steps of countries like the USA and Germany and creates a sort of liability in abstract for any organization or juridical person. In contrast to what happens in the general criminal law area, this new law makes companies liable for the actions of its dependents, senior executives, managers, board members and its related parties, controllers and owners, in addition to the penalty directly applied to the offender.

II. Crimes considered.

The Law considers 3 underlying criminal actions that may generate this liability: a) those contemplated in article 27 of Law No. 19,913, namely, assets laundering; b) those stipulated in article 8 of Law No. 18,314 on the financing of terrorism; and, c) those covered in articles 250 and 250 bis, on the bribery of national or foreign public officials.

We must note that in respect of the last one mentioned in the preceding paragraph its treatment follows the American regulation known as the Foreign Corrupt Practices Act ("FCPA").

In accordance with this new law, these crimes must be committed by the owners, controllers, officers, senior executives, representatives, and, in general, by individuals subject to the direct orders or supervision of said individuals, provided that: i) they do not commit the respective crimes in their own or third parties' benefit, that is, the crime thus committed must seek an advantage or gain for the juridical person, and ii) that the crime is a consequence of the juridical person's noncompliance with its managerial and supervisory duties.

III. Penalties.

a) Temporary or perpetual prohibition to execute acts or contracts with State agencies;
b) Partial or total loss of fiscal benefits or absolute prohibition to receive them during a given time period;
c) A fine in the Public Treasury's benefit, and;
d) Dissolution of the juridical person (requires recidivism).

Penalties are severe, especially bearing in mind the entity's dissolution, effectively being the organization's death sentence and the disrepute of its owners and administrators; the prohibition to operate with the State and the loss of fiscal benefits or the prohibition to receive them, even for a limited time, may bring about for some organizations the loss of a relevant market and the painful close or reconversion of its operations. In addition, we must mention the existence of complementary penalties, which are significant from a financial and good name perspective, such as sentence publication; loss of the crime's proceeds and other property, and, when applicable, the loss of a sum equivalent to the investment made.

IV. Crime prevention model.

The company, its board, managers and senior executives may keep clear of the penalty imposed by this law discharging their managerial and supervisory duties. This involves the implementation of a crime prevention model with the following elements:

a) Individual Responsible for Prevention.
b) Resources and duties of the above individual.
c) A crime prevention system with internal obligations, prohibitions and penalties.
d) Supervision and certification of the crime prevention system.

Although the implementation of a crime prevention model is not mandatory, its inexistence may expose the company to severe contingencies upon the commission of one of the above crimes, because the company may not be able to demonstrate compliance with its management and supervision functions.

All things considered, the new law demands that organizations define their exposure to the same with a review of its operations, processes, business areas, and the regulatory framework that they work in and the parties that they interact with, in order to determine the risk of not adopting the measures, procedures and manuals needed to create a Crime Prevention Model to establish the company's exemption from liability and the severe penalties set forth by the same, and to meet their board members' and managers' good management obligations.

Should you need more information on this matter or other areas, please do not hesitate to contact us.

Hugo Caneo O.
Alessandri & Compañía Attorneys at Law
March 2010